Repugnancia política

Eduardo Mendoza Seminario                                                                                                  lalomes6@hotmail.com 

17 – 10 – 2016

Los “pura lengua”, como siempre, siguen hacienda de las suyas, nunca quieren perder, sin importarles el qué dirán. Estos depravados cuando pierden se zurran en la democracia. Cuando no pueden ganar con la inteligencia, como el burro se van a las patadas. Argumentan que “encadena” a los congresistas, que Fuerza Popular teme que se les vaya la mayoría, bancadas que tienen pocos los esperan con los brazos abiertos, chistes crueles.

Me estoy refiriendo a la ley anti transfugismo, como han perdido le ponen el apodo de anticonstitucional y van a recurrir al Tribunal Constitucional. Cuando la mayoría ciudadana condena este traidor comportamiento, traidor al elector que los eligió por ir en determinado partido o alianza. Inclusive su credencial otorgado por el Jurado Nacional de Elecciones así lo acredita. Igual cuando juramentaron al cargo, lo hicieron por el partido o alianza en la que postularon. ¿Falsos congresistas con inmunidad parlamentaria? Hay que ser más drástico, desaforándolos.

Quienes son esta lacra política, precisamente tránsfugas, por eso han sentido la penetración que los han dejado sin oxígeno. No hay necesidad ni de mencionarlos uno por uno, porque hieden a leguas. Son una vergüenza para el país, son parásitos de la política como lo llamó recientemente el ex congresista Daniel Mora a un congresista que se atrevió a resondrar a la madre.

Esta es la causa principal de lo que carcome al Perú. No hay que irnos por las ramas cuando hablamos de corrupción, inseguridad, inestabilidad, informalidad institucional, etc. Sin embargo, son los que desgraciadamente conducen los destinos del país. Tenemos que abocarnos a analizar profundamente este lastre que ya se torna incontrolable, una pesadilla. Donde están los historiadores que suelen parcializarse de acuerdo a su ideología política, editoriales que llevan agua a su molino, politólogos, periodistas y dueños de los medios de comunicación que se encuentran consorciados, monopolizados, controlando radios, periódicos, revistas y canales de televisión (que en anteriores comentarios argumenté por qué la democracia tiene dueño). No hay imparcialidad, neutralidad.

Estamos llegando al precipicio, algo y rápido tenemos que hacer, el pueblo hacerse justicia con sus propias manos. La causa y solución de nuestros males está arriba y no abajo. Decir que depende de la cultura de la gente nos queda corto y olor a engaño.

Así como hace poco existió aquello de agarra tu choro y hazlo paralítico, habría que ingeniarse para darle su reprimenda a estos choros de la democracia amparados en su inmunidad parlamentaria. Por ejemplo, hacerlos muñecos y echarlos al carro recolector municipal. El pueblo tiene que reaccionar de alguna manera.